Probando... 1, ...2, ...3...
Hace muchito tiempo que llevaba pensándome el inicio de un blog. No soy una persona muy literaria, mucho menos tengo una vida demasiado interesante o divertida y llena de anécdotas qué contar, no obstante este será un medio para autoterapiarme, y desahogar tantas verdades que la mayoría del tiempo se quedan sólo en lo más profundo de mis pensamientos.
Justo en éstos días en que nos encontramos con dificultades, con heartbreakings (laborales, sentimentales o de cualquier otra índole), o con molestias ocasionadas por seres cuyas existencias quisiéramos recortar, es aún posible encontrar gente en quién confiar o de perdida a la cual recurrir cuando nos ocurren desgracias o simplemente tenemos un mal día.
Hoy cuando volvía a casa del trabajo compré boletos del metro, me subí y al terminar mi trayecto bajé y quería tomar el autobús, pero me percaté que me había quedado sin suficientes monedas: sólo traía dos pesos, por lo que para llegar a casa tenía que esperar el RTP que ésa cifra es lo que cobra, ya que el resto de los autobuses (GMT) cobran $3.50 (¡¡y cómo pasaban de ésos!!).
Esperé 5, 10, 15 minutos, y justo cuando iban a ser los 20 muy avergonzado le pedí a una señito que me comprara uno de los boletos de metro que tenía para así poder tomar el autobús, ella muy amablemente me preguntó cuánto necesitaba, a lo que yo torpemente respondí que sólo tenía dos pesos, me dió $1.50, yo le entregaba un boleto de metro que ella negó diciendo que no era necesario, yo muy contento le agradecí y segundos más tarde ella tomó el autobús que le correspondía.
Nuevamente -aunque ya con $3.50 en la mano- me ví esperando a que pasara el bus (GMT) que me trajera a casa, 2 ó 3 minutos y en vez de ése finalmente pasó el RTP.... lo abordé, el caso era llegar a casa y estaba comenzando a llover. Ya en ése bus se subió un joven vendiendo gelatinas para sostener un centro de rehabilitación, y lo mejor que pude hacer fué contribuirle con el $1.50 que ahora me sobraba.
Con ésto simplemente llego a la conclusión de que todavía existe gente buena que te ayuda desinteresadamente (aún cuando quizá no lo mereces :S). Y me hace pensar que si todos nos esforzáramos tantito por ser de ése tipo de gente podríamos hacer de ésta esfera un lugar mucho más habitable... ¿qué digo?, ¡qué pretencioso he sido!... si bien no podemos hacer mucho por el planeta entero y su gente, mucho hay que podemos contribuir a nuestro núcleo más cercano: nuestro país, nuestra ciudad, colonia, calle o familia.
3 comentarios:
ah! que muchachito tan copion
ahora solo avisele a ala gente que tiene blog pa que le comenten!
y nada de no avisar por que eso nos cae mal!!!
kisseeees!!
jajaja
si si existe gente buena, pero no es tan facil!
you know!
love ya!
Tu entrada me recordó a cadena de favores, que no es ni una de mis diez películas favoritas, pero tiene un bonito mensaje. A lo mejor la viejita de algún modo tenía que ayudar a ese joven gelatinero y Dios te eligió a ti como intercesor... o a lo mejor esto nos demuestra que sí es cierto eso de que cuando tenemos un gesto nobre, por pequeño o absurdo que parezca, esté repercute de alguna manera y cambia el rumbo del universo... pero sí, gente buena sí hay, sólo que a veces nos cuesta trabajo creelo...
Gracias por tu comment y me encanta leer blogs, así que aquí estaré frecuentemente!!
Es bueno encontrar a esas personas que te hacen recobrar la fe en la vida y en quienes te rodean. También se siente bien convertirse en ese tipo de personas.
Saludines.
Publicar un comentario