miércoles, 30 de julio de 2008

In the mood for love

Anoche veía "In the mood for love", una peli china de Wong Kar Wai que trata acerca de las dificultades sociales y culturales que se presentan evitando que el amor se consume y ocasionan que todo el sentimiento que tienen los enamorados deje de ser tan sólo un deseo, tan sólo un mood for love, sólo un ánimo o deseo de amar...

Enamorados que salen a comprar tallarines, que olvidan algo a propósito, que crean juntos una historia de ficción, tan sólo como pretexto para verse y que se enamoran como cómplices de algo que les es doloroso. Enamorados que llaman y luego cuelgan, que invitan a partir y no se van, que quieren dar un regalo pero no se animan, que se apasionan pero deben contenerse.

Veía la peli y para mis adentros pensaba: ¡Cuánta empatía logran generar éstos chinos!, ¡cuánta razón hay en ésto que veo!, ¡cuán universal puede llegar a ser la frustración!, y ¡qué hermosa manera de mostrarla!, ¡cuánta belleza visual y auditiva!. Es todo un agasajo -válgame la expresión-. Es poesía pura.

Me permito citar unas cartelas que se presentan a lo largo de la película:

"Reinaba la intranquilidad.
Ella, tímida, inclinaba la cabeza para que
él se acercase.
Pero a él le faltaba el valor.
Ella dió media vuelta y se alejó."

En pocas palabras, la historia de mi vida...

"Él recuerda ésa época pasada.
Como si mirase a través de un cristal cubierto de polvo.
El pasado es algo que puede volver a ver, pero no tocar.
Y todo cuanto ve está borroso y confuso."

Y yo, recordando o sin recordar así es como veo todo.

Es una peli que veo apenas por segunda ocasión, y déjenme decirles que ahora la disfruté mucho más... la primera vez la ví un viernes en la noche después de una semana de escuela y trabajo, ¿será que por eso me quedé dormido? jeje, aquella vez bajó Papá como a la 1:30 a despertarme del sillón... al día siguiente ví a partir de donde ya no recordaba y me gustó, pero no hay como ver una película completita de un sólo tirón.






jueves, 24 de julio de 2008

Todavía existe gente buena...

Probando... 1, ...2, ...3...
Hace muchito tiempo que llevaba pensándome el inicio de un blog. No soy una persona muy literaria, mucho menos tengo una vida demasiado interesante o divertida y llena de anécdotas qué contar, no obstante este será un medio para autoterapiarme, y desahogar tantas verdades que la mayoría del tiempo se quedan sólo en lo más profundo de mis pensamientos.
Justo en éstos días en que nos encontramos con dificultades, con heartbreakings (laborales, sentimentales o de cualquier otra índole), o con molestias ocasionadas por seres cuyas existencias quisiéramos recortar, es aún posible encontrar gente en quién confiar o de perdida a la cual recurrir cuando nos ocurren desgracias o simplemente tenemos un mal día.
Hoy cuando volvía a casa del trabajo compré boletos del metro, me subí y al terminar mi trayecto bajé y quería tomar el autobús, pero me percaté que me había quedado sin suficientes monedas: sólo traía dos pesos, por lo que para llegar a casa tenía que esperar el RTP que ésa cifra es lo que cobra, ya que el resto de los autobuses (GMT) cobran $3.50 (¡¡y cómo pasaban de ésos!!).
Esperé 5, 10, 15 minutos, y justo cuando iban a ser los 20 muy avergonzado le pedí a una señito que me comprara uno de los boletos de metro que tenía para así poder tomar el autobús, ella muy amablemente me preguntó cuánto necesitaba, a lo que yo torpemente respondí que sólo tenía dos pesos, me dió $1.50, yo le entregaba un boleto de metro que ella negó diciendo que no era necesario, yo muy contento le agradecí y segundos más tarde ella tomó el autobús que le correspondía.
Nuevamente -aunque ya con $3.50 en la mano- me ví esperando a que pasara el bus (GMT) que me trajera a casa, 2 ó 3 minutos y en vez de ése finalmente pasó el RTP.... lo abordé, el caso era llegar a casa y estaba comenzando a llover. Ya en ése bus se subió un joven vendiendo gelatinas para sostener un centro de rehabilitación, y lo mejor que pude hacer fué contribuirle con el $1.50 que ahora me sobraba.
Con ésto simplemente llego a la conclusión de que todavía existe gente buena que te ayuda desinteresadamente (aún cuando quizá no lo mereces :S). Y me hace pensar que si todos nos esforzáramos tantito por ser de ése tipo de gente podríamos hacer de ésta esfera un lugar mucho más habitable... ¿qué digo?, ¡qué pretencioso he sido!... si bien no podemos hacer mucho por el planeta entero y su gente, mucho hay que podemos contribuir a nuestro núcleo más cercano: nuestro país, nuestra ciudad, colonia, calle o familia.