Hace un rato, pensaba sobre la capacidad del hombre de vivir (o sobrevivir?) tolerando la frustración. ¿Cómo es que de la nada decidimos renunciar a lo que nos importa?, ¿Será que en verdad no nos importaba?, ¿No nos importaba suficiente?, o ¿en algún momento del camino nos dejó de importar?
No lo sé. Tampoco me atormento por llegar a una conclusión. Tan sólo dejo la pregunta en el aire.
No lo sé. Tampoco me atormento por llegar a una conclusión. Tan sólo dejo la pregunta en el aire.
Un poco de melancolía en la noche de domingo -previa al trabajo- nunca cae mal.
By the way, qué bonito es Sacre Coeur... algún día tengo que volver de día...
1 comentario:
No es que no importe. Más bien porque te importa debes aceptar que no era para ti. Y no es frustración... es un poco de tristeza, melancolía y todas esas cosas que sentimos cuando pensamos en lo que no es.
Saludos!!!
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